Las ciudades imperiales de Marruecos

Nuestro vecino norteafricano, Marruecos, es un destino de ensueño: cercano pero exótico, accesible y a la vez siempre misterioso. Marruecos esconde joyas y maravillas que harán las delicias de todos los viajeros. Descubre las cuatro ciudades imperiales que han sido su capital a lo largo de la Historia, y deja que te contemos todo lo que tienes que saber para planificar tu visita.

Ciudad imperial de Marrakech

De las cuatro ciudades imperiales, Marrakech es la más visitada, y resulta fácil comprender por qué. Fundada en el siglo XI por el conquistador Yusuf ibn Tasoufín, se convirtió en el centro del imperio almorávide. Desde Marrakech se gobernaban lugares tan lejanos como Senegal o Sevilla, por lo que hasta sus puertas fluía una gran riqueza que financió la construcción de grandes monumentos. La tierra roja de la región, con la que se edificó la ciudad, le otorga el sobrenombre de “ la ciudad roja”, y el color sigue siendo utilizado en las construcciones actuales.

Mercado de Marrakech djemaa-fna

El corazón de la Medina de Marrakech es la plaza Yamaa el Fna, que hacia el norte conduce a los laberínticos mercados tradicionales, mientras que al sur da paso a la zona de fortalezas en donde se encuentran el Palacio Real, las ruinas del gran palacio Badi y el Palacio de la Bahía, siendo este último una visita obligada por sus lujosas estancias, patios y jardines.

El perfil de la ciudad es dominado por la mezquita Kutubía, cuyo minarete, ejemplo excelso de arte almohade, es el símbolo de la ciudad y fue el modelo en el que se basó la Giralda de Sevilla. De gran importancia es también la madrasa de Yusuf, anexa a la mezquita del mismo nombre. Se trata de la escuela coránica más importante de la ciudad, en uso desde el siglo XIV hasta el siglo XX, y actualmente abierta al público.

Una de las visitas más curiosas en la ciudad es la de las tumbas saadíes, de los antiguos sultanes. Se trata de un lugar que permaneció en secreto para los europeos hasta que lo descubrieron las autoridades coloniales francesas, y para acceder hasta allí y admirar sus mosaicos debe hacerse un recorrido tortuoso por callejuelas que parecen un laberinto.

El Jardín Majorelle en Marrakech

También de la época colonial data el maravilloso Jardín Majorelle, jardín botánico propiedad de Yves Saint-Laurent que contiene especies de todo el mundo y alberga además el museo de arte islámico de Marrakech. Sin duda se trata de uno de los monumentos imprescindibles de Marrakech.

Nuestra recomendación es ver Marrakech en tres días para disfrutar de ella con calma, aunque puede hacerse en dos si tenemos poco tiempo, y desde luego puede alargarse todo el tiempo que tengamos disponible para empaparnos del exotismo y el encanto de esta gran ciudad del norte de África.

Ciudad imperial de Rabat

medina en rabat

Rabat es la capital de Marruecos, sede de la administración, el gobierno y demás instituciones del Estado, así como residencia del Rey. La ciudad tiene una larga relación histórica con España, pues fue fundada como base para lanzar expediciones almohades contra la península, y después sirvió como refugio de los moriscos españoles expulsados en el siglo XVII.

La Torre Hassan en Rabat, Marruecos

El monumento más importante de Rabat es la Torre Hassán, el minarete de la que pretendía ser la mezquita más grande del mundo. Inspirado, igual que la Giralda, en la Kutubiya de Marrakech, debía alcanzar los 60 metros de altura, pero la mezquita nunca llegó a terminarse y la torre solo llega a los 44 metros. Es a pesar de ello una visita majestuosa por su belleza y la explanada llena de columnas en la que está emplazada, donde también se encuentra el Mausoleo de Mohamed V, el primer rey del Marruecos independiente.

Una visita obligada en Rabat es la Kasbah de los Udayas, la impresionante alcazaba donde se encuentra la espléndida Bab el-Kebir, la Gran Puerta, símbolo arquitectónico de la época almohade. Allí podréis admirar los vestigios de una época en la que la fortaleza sirvió como base de una república pirata independiente, que asoló las costas del estrecho de Gibraltar durante el siglo XVII.

kasbah en Rabat, Marruecos

Muy cerca del centro de la ciudad, aunque alejado del bullicio, se encuentra el monumento histórico de Rabat: la Necrópolis de Chellah. En ella se pueden admirar los restos de las civilizaciones fenicia, cartaginesa y romana, así como la posterior ocupación de los benimerines y las construcciones islámicas que dejaron allí.

Otros lugares que no puedes perderte en Rabat son la Catedral de San Pedro, el principal templo católico del país, y el palacio de Dar-al-Mahkzen, la residencia oficial del rey.

Ciudad imperial de Fez

Vista panorámica de Fez, las curtidurías de cuero

Una de las ciudades más antiguas y tradicionales de Marruecos, Fez te transportará a un pasado remoto y exótico a través de las intrincadas callejuelas de su Medina medieval, considerada la mayor zona peatonal del mundo. Este laberinto, lleno de zocos en los que regatear, mezquitas que visitar y madrasas que admirar, está todavía rodeada de murallas que podrás atravesar por numerosas puertas, pero que sin duda querrás cruzar por la hermosa Puerta Azul.

Interior de madrasa bou inania de Fez, Marruecos

Fez es uno de los centros de enseñanza más importantes del mundo musulmán, y su Universidad, fundada en el siglo IX como la madrasa de Karaouine, está reconocida por la UNESCO como la institución educativa más antigua del mundo. Forma un impresionante complejo junto a la biblioteca y la mezquita de Karaouine.

Palacio Real de Fez en Marruecos

Muy cerca de ellas se encuentra el también imperdible Mausoleo de Mulay-Idris, fundador de la ciudad y la figura más reverenciada de todo el país. Como sucede con la mezquita, los no musulmanes tienen el acceso prohibido, y de hecho en el barrio se conservan los antiguos límites que marcaban la zona en la que cristianos, judíos y burros no podían entrar. Sin embargo, ambos monumentos pueden observarse desde la puerta y fotografiarse.

A la pregunta de cuántos días son necesarios para ver Fez, nosotros diríamos que uno o dos días son suficientes, teniendo en cuenta que hay muchos otros lugares que no te puedes perder en Marruecos.

Ciudad imperial de Mequinez

Palacio Real en Meknes

Se trata de la gran desconocida de Marruecos, eclipsada por otros centros turísticos como las otras tres ciudades imperiales o Casablanca. Tanto es así, que en español podemos encontrar su nombre escrito de muchas formas diferentes, como Mequínez, Mequinés o Meknés. Sin embargo, por esto mismo es también la más auténtica, la que más conserva la esencia tradicional marroquí. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad, y su situación privilegiada entre Fez y Rabat la convierten en una visita imprescindible en cualquier ruta por Marruecos.

El monumento más impresionante de Mequinez es la grandiosa Puerta de Bab el-Mansur, concebida como un gran arco triunfal en forma de herradura y decorada por azulejos de tonalidades verdes y rojizos que contrastan con el ocre de la piedra.

Ciudad Imperial de Mequinez

Frente a la puerta nos encontramos en la Plaza El-Hedim, el principal centro de reunión de la ciudad. Aprovecha para hacer algunas compras en sus mercados o para disfrutar de un té en una terraza y empaparte del ambiente local.

La lista de lugares de interés en Mequinez incluye también la Gran Mezquita, en la que destaca su minarete decorado con azulejos verdes; y el Mausoleo Mulay-Ismail, que alberga los restos del sultán que convirtió a la ciudad en su capital.  De la misma época es la Kasbah de Ismail, el complejo palaciego del sultán que ha sido llamado en muchas ocasiones el “Versalles marroquí”.

¿Cuál es la mejor época para viajar a Marruecos?

Marruecos tiene una gran diversidad de climas debido a su variada geografía, que incluye zonas de montaña y desierto así como costas atlántica y mediterránea. En general las ciudades imperiales tienen un clima mediterráneo, por lo que gozan de inviernos moderados y tienen veranos cálidos, que pueden llegar a superar los 40º. Por eso recomendamos especialmente realizar este viaje en primavera y en otoño, aunque con una buena preparación siempre nos podemos adaptar al clima.

¿Convencido? Ahora que te hemos mostrado la superficie, sumérgete en los misterios del Norte de África y échale un vistazo a nuestros tours por Marruecos.